Foto: Anadolu
La polarización entre quienes apoyan al presidente brasileño Jair Bolsonaro y los que le son contrarios escaló hasta lo que parece ser su nivel máximo durante los días de cuarentena en todo el país, que ya cuenta con 16.792 muertos y 254.220 casos confirmados de COVID-19.
Todos los días, cerca de las 20:30 horas de Brasilia, el presidente suele dar un discurso en cadena nacional. A veces altera el horario o se pronuncia en vivo por medio de redes sociales. En esos momentos, las cacerolas comienzan a ser golpeadas en los ventanales de los edificios, de sur a norte del país.
El tintineo de los utensilios de cocina suele ser acompañado con el típico “¡Fuera, Bolsonaro!”, mediante el cual la población pide la renuncia del presidente o el Impeachment en su contra. Además, también es normal escuchar gritos de “¡Vete, fascista!” o, directamente, “¡Genocida!”.
Del otro lado, en minoría y muchas veces recibiendo abucheos de la mayoría de sus vecinos, quienes apoyan a Bolsonaro responden alentando a “Mito”, como llaman cariñosamente al presidente, o diciendo “¡Fuera izquierdistas!”, “¡Fuera comunistas!” o “¡Fuera PT!”, haciendo referencia al Partido de los Trabajadores, que gobernó a Brasil entre 2003 y 2016, con las presidencias de Luiz Inacio Lula da Silva y de Dilma Rousseff.
Los gritos de ventana a ventana producen nuevas amistades entre quienes profesan la misma tendencia política. “Me mudé hace poco a este nuevo edificio y no conocía a casi nadie. Pero con los cacerolazos contra Bolsonaro descubrí que acá son casi todos partidarios de la salida del presidente, como yo”, dice Karina Fernandes, que vive en el barrio de Vila Madalena, en la zona oeste de la ciudad de Sao Paulo.
No obstante, así como nuevas amistades se forman, otras se resquebrajan y la cordialidad que hasta ayer existía puede esfumarse en medio de la polarización y de los bramidos.
También hubo algunas manifestaciones en las calles a favor de Bolsonaro que fueron blanco de ataques con armas de fuego.
El fisioterapeuta Tiago Selofite, de 39 años, fue detenido en Santos, en el litoral paulista, tras efectuar un disparo contra un grupo de 40 personas que apoyaba al actual presidente.
Selofite grabó con su celular el momento en el cual disparaba con su revólver calibre 38 desde la ventana de su apartamento, ubicado en el barrio Embaré, contra la manifestación “Pro-Bolsonaro” y compartió esa grabación en dos grupos de WhatsApp.
El video se viralizó en las redes sociales cuando llegó a manos del humorista Alba Expider, quien lo publicó en sus redes sociales, que cuentan con más de 100 mil seguidores.
El comediante retiró la publicación poco tiempo después y se mostró “arrepentido” de diseminar la violenta escena. Anadolu





